miércoles, marzo 03, 2010

Tramadora

No es justo que siempre salgas ilesa
¿a cuántos diste muerte?
mi bella princesa.
Asfixiada, mueres bajo las fibras que te entrelazan
las mismas que capturan concomitantes la piel sobrante.
Arranca de mis manos que podrían aprehenderte
los dedos empeñosos son jaula en tu cuello.
Círculo estrangulante, de mis manos con presión,
círculo moribundo de barrotes de prisión.
Que mueran tus huérfanos

Ulises desde el sepulcro tirará tus pies:
maldita hembra filosa
de falso tejer

(tan artístico)


¿Qué trama
en la cama sobre su manto onírico?

¿Qué trama
mi dama al mirar mis piernas y entremedio de ellas?

Un vaso de mi sangre derramada con gloria
pensaste en poner sobre tu boca.
¡No cantes victoria!
no volverás a alimentar a tus bastardos,
más que con maleza hierba seca y espinas de cardos.
La suciedad en tus extremos,
la limpieza en tu vientre,
lo extranjero como nunca
sobre tus sedas se hace presente.
Despídete rápido,
que la luz se apaga, despídete
del mundo que devorabas.
Ahora gritas con miedo
como mustia el adiós muerto
dejando sobre las mesas
los hilos el hilván
la rueca el telar
el guión que escribías cuando fuiste envuelta.
Deja ahí tu huella, tu legado
con esta madera el destino se ha ligado:
{ éste aquí no es tuyo canta tu epitafio
éste aquí es mío: himno danza sobre mis manos }

He ahí tu cadáver de piel marchita tiesa
cadáver antílope
de vanidoso león hambriento.

Vete tranquila mi linda Penélope


Enero 2010

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