sábado, agosto 28, 2010

No es mi culpa

Cuidado
soy un objeto cortopunzante
para mantener lejos del alcance de los niños
y la gente propensa al dolor.
A culpa, la boca y su sabor,
la oración que salió
las palabras que se desmontaron
las frases que ese verso me formó:
objeto cortopunzante,
sin valor.
Permítanme disculparme,
oh queridos, 
jamás del daño que les he hecho 
he tenido conocimiento.

Yo no temo de que mueran en mi casa,
temo de que me tomen a mí como una excusa para morir.
Es fácil decir "él, él es el del filo sobre mi piel"
y yo qué tengo para decir, además de "ya lo he dicho todo".
No tengo la culpa de haberme hecho un camino
con el ripio triturado de una roca en mi destino.
No es mi culpa escoger sin pensar a cada instante
si el pastelero a sus pateles y pérdida del rumbo al caminante.

Sinceramente
a veces me gustaría ser un objeto cortopunzante,
para clavarme en las entrañas de los que hablan con razón
y a la vez tan equivocadamente.
No quiero oír palabras
porque me cortaría la oreja,
y si les tengo cerca
a ustedes la lengua.

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