Golpear rejas con un palo

Sopla entumecido el paisaje sobre sus cirios
a plazo partido camino a paso perdido
mientras las hojas cayendo escalonadas forman remolinos
para subir a girar las aspas y cambiar los vientos.
Como moscas exangües ramas caídas zumban el pavimento
rodando hacen ruidos desgarradores
son pezuñas de animales que existen para no ser vistos.
Así, vistos, conocidos perros ladrando,
así, vistos, niños amados entrelazan con abrigo las manos de un adulto.
Pies que reptan
y sus dedos dentro del sepulcro
ronronean como un gatito al estar sueltos
-como yo, que soy un gato,
cuando golpeo rejas y portones con palos
y los perros se agitan ladrándole a mis manos-

(Dígamos que esto me define)