domingo, octubre 04, 2009

Des gouttes de sang pressées des drapeaux convergent dans la mienne

Enredado, difícil de distinguir, fragmentado y bien marcado a ratos, otras veces endeble como barniz utilizado junto a la brisa marina. No sé si es de aquí o de allá, está poco claro, pero es de acá al fin y al cabo aunque muchas veces no lo parezca, como una roca terrícola mineralizada con elementos marcianos, que causa admiración y a la vez extrañeza y tentación al empirismo.
Una costurera tomó los generos más caros y los juntó a los baratos para tapar el patrón cuadrillé tan repitente de lo sublime uniéndolo a la sencillez del blanco. Y así se hicieron los géneros rotos que hoy me visten y visten a otros.
Por qué desvirtuar el extremo hundido de la madeja si es tan importante como el que está enredado en los dedos y pasando poco a poco a los palos de crochet.
Y con la mezcolanza de ascendencias los relieves se formaron, una montaña por aquí y otra por allá, los pómulos como colinas y las mejillas como valles y los detalles no al achunte fueron posándose, así como pájaro sobre el árbol que crece al lado de la cascada, ni por suerte ni por esfuerzo.

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