domingo, noviembre 01, 2009

Relaciones disparejas dejan moralejas

¡Tú por mí, yo por mí!
¿no? Disculpa, debe ser un problema.
Pero ahora el conflicto es otro,
ahora el silencio es lo que aterra.
Mis oídos extrañan la fonética de tu voz,
y mi cuerpo entero llora esta vida perra;
con sudor, con trabajo para verte regresar.
En los ojos y a cada rato se entierran
los dedos insensibles,
los pulverizan, los vuelven inservibles.

Tú por ti, nadie por nosotros
eso vale y deja claro que yo sobro.
¡No hay problema!, enséñame vida a caminar sin sombra,
enséñame a correr sin apoyarme en el destino.
Y los ojos dañados, el cuello y frente sudados,
sirvieron para madurar.
Ya no hay sentimiento amargo que me haga llorar.
Juntos, buscaremos caminos separados,
"nosotros" será lenguaje olvidado.
¿Llegaré solo a descubrir lo que tanto he anhelado?

Y si de forjar relaciones se trata,
las forjaré con desconocidos.
¡Apostaría mi cráneo
a que no es algo nocivo!
No hay cosa más exquisita que un extraño
y todo lo que puede entregar.
Es conocer, como no se puede conocer a un conocido,
porque con él nada es sabido.
Es jugar al borde de lo permitido,
es abusar de la confianza,
es entregar todo en bandeja,
es ver que entre tú y otros hay semejanzas.

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