sábado, noviembre 13, 2010

Eterna

Lo único que necesito es morir en un puñado de letras,
y no puedo morir junto a ellas
porque la escritura me enfrenta
y grita: "cobarde, cobarde, 
mi cuerpo no se revolcará nunca más con el tuyo,
no eres digno de mí, ni de mis frutos,
si te acostaste conmigo y ahora sólo ofreces olvido"
Oh, mi poesía, jamás quise fallarte,
si de mis lágrimas pudiera hallarte.
Nada puedo hacer cuando la vida me impone un camino
que solapa mis interrogantes. Dame un tiempo,
déjame con la esperanza de un episodio.
Ya no me sostienes, maldición,
pero te añoro. Sólo quiero morir en un puñado de letras
recostado en tu regazo, que nos arrojen juntos al rincón de los marcados.
Mi necesidad básica fue amarte
(sostenme, cuando puedo quebarme)
y, poesía amada, mi infidelidad se basó
en descubrir que el arte máximo es vivir
y no sencillamente escribir...
necesitaba respirar del aire distinto que hay afuera
ser más normal que de costumbre
ser humano, aunque me duela.

Escribir o vivir
nadie dimensiona mi dilema
y de verdad no puedo vivir si te pienso
y tampoco me pienso viviendo sin ti.
Escribir o vivir
viviré en ti
y escribiré lo que mejor sé
lo que puedo SENTIR

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