martes, enero 19, 2010

Poema para los días en que la esperanza se lanza esperanzada, pero luego puedes ver como se desangra.

El sueño de la flor no se dispersa con el polen
{¡su abeja era avispa!}

Falsas esperanzas,
¿antiguamente digeridas?
Llegan a la mente a la antigua usanza,
tal vez un poco más podridas.

Disfrazadas de bienaventuranzas;
"bienaventurado el que se arroja al abismo,
porque de ellos..."
es el reino de los imbéciles.

"Las locuras de la emperatriz"
el verso que simultáneamente escribo:
¡maldita que se arroja al vacío
y termina sin ninguna cicatriz!

Y yo me arrojé.
Y seguiría arrojándome:
FALSAS ESPERANZAS
de no pasar más abajo...
¿a caso, puedo caer más bajo?

pero uno de mis sueños jamás será cumplido,

si me arrojo,

si me quedo en el borde,
si retrocedo.

En cualquiera de las ocaciones,
salgo perdiendo,
porque lo que un corazón herido
más espera
jamás llegará a sus venas.

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