jueves, enero 13, 2011

Inodoro

Un minuto conmigo:
y me dan náuseas.
Estoy tan mareado 
que estrello mi cabeza contra los muros.
Tumbado, boca arriba
sobre la cama que aún te respira
la mente también se azota
en las paredes de mis sienes
maullando -qué puedo hacer yo,
no gobierno, aunque quisiese,
el mundo que me creé-
Creía ser el rey
y no soy más que un niño
masturbando la adultez.
Al parecer sigo siendo tan hormonal
e instintivo
tan animal, tan volátil
tan disperso, tan gas
a los ojos de todos
y a los míos que ni siquiera me han podido encontrar
-insípido incoloro inodoro-
(indoloro)
Me agota 
la hiperkinesia cardiaca
me descerebro gota a gota
en la sinrespuesta más macabra.

Tengo el alma náufraga
en las fronteras de mi cuerpo.
Debo arrimarme a un barco de vida
o dibujar mi espíritu dentro de un marco de muerte.
Esta noche mi cabeza se partirá en dos
porque son muchos los recuerdos
que ya no quieren permanecer conmigo
y han levantado una huelga de hambre
porque mucho antes yo les había quitado el alimento.

Mi decisión es tan de olfato como todo lo que he hecho en mi vida,
intuitiva, instintiva, emocional, infantil.

Yo soy el homicida
y también mi propio calabozo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario