Entro a la pieza
y está mi madre ordenando mis cosas.
Hijo mío te amo,
y yo: ¡puta que eres chica!
Hubieras visto tu cara de pena,
pensé: súbete a mis brazos,
yo te tomo alto hasta el cielo,
porque te amo más que a nada.
Pero tú mamá, tú, tan linda y tristona
dijiste preocupada por la salud de mi espalda
-son setenta kilos, ¡setenta!-
Yo aún así, quiero que sepas,
que haría el intento.
Te tomaría, aun gimiendo,
y pondría tu sonrisa más alta que la mía.
Verte feliz es un anhelo,
créelo.
Después de todo no soy tan egoísta
y jamás podría odiar a la casita que me abrigo incluso sin vida.
Te amo mamá
(aunque lo dudes)
y está mi madre ordenando mis cosas.
Hijo mío te amo,
y yo: ¡puta que eres chica!
Hubieras visto tu cara de pena,
pensé: súbete a mis brazos,
yo te tomo alto hasta el cielo,
porque te amo más que a nada.
Pero tú mamá, tú, tan linda y tristona
dijiste preocupada por la salud de mi espalda
-son setenta kilos, ¡setenta!-
Yo aún así, quiero que sepas,
que haría el intento.
Te tomaría, aun gimiendo,
y pondría tu sonrisa más alta que la mía.
Verte feliz es un anhelo,
créelo.
Después de todo no soy tan egoísta
y jamás podría odiar a la casita que me abrigo incluso sin vida.
Te amo mamá
(aunque lo dudes)
No hay comentarios:
Publicar un comentario