-¿Puedes ser normal, por la cresta?-
Con los ojos irritados
de ser embalse de llanto.
-Pero si yo soy normal-
Respondí a la mujer
que me cubrió bajo un manto.
Y las voces
de peces
cantan entre glu-glues
y con acento playero:
"sos más raro que mendigo con manáGer"
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