domingo, noviembre 29, 2009

Un respiro que mata

Comúnmente la encontrábamos en la solera, sentada tristemente para recordar, recordar eso que tanto amaba. Las lágrimas brotaban como lluvia en cumulonimbos y mares de agua salada bañaban sus montañosos pómulos. En su mente la carita se hacía presente, y por las noches, en el día, malintencionada, como pesadilla, la palabra "mamá", insignificante ahora, la visitaba para atormentar cada atisbo de alegría. El llanto, fundido en la soledad, conformaba la cotidianidad de esta mujer, que por joven supo reír, y por inexperiencia pudo matar. No sé con exactitud en qué parte el reloj detuvo la vida de su hija para detener súbitamente la existencia de la atormentada. Joven, muy joven, extramadamente diría yo. Absurda la hora en que alguien nace y muere de rosa. Ridículo el día en que los vestidos alcanzan la desnudez.
Sufrió tanto que olvidó el automatismo. Comer. ¿Qué era comer cuando de sus senos brotaba llorando la leche ahogada en calostro, si litros llenó para otras bocas y a su hija sólo agua en maceteros?
La ignominia se apoderó de su vida. En la prensa, por las calles, tras su espalda, su vida atrás, todo era entretención. Y en aquella misma solera: madres dejaban a sus hijos en furgones. Niños saludables y risueños, de ojos palpitantes y pisadas inocentes, jugaban frente a sus rodillas flectadas, jugaban frente al cigarro que humeaba, jugaban frente a la solera cubierta de cenizas.
Saltó etapas como quien adelanta una película. Todo en pocos días. Atravesó la esperanza y la desilusión, el amor y el odio, hacia un mismo Dios, hacia una misma humanidad. Infancia, palabra anhelada, infancia, palabra vetada.
No quiso saber de ropitas, de manitos, no, nada de eso. Se encerró.
Su vida fue tornándose negra, se sentía tras barrotes. No salía a la calle. Los pájaros ya no cantaban en la mañana y la luna lucía opaca por las noches. Aturdida por la soledad y el descalabro olvidó el origen de sus lágrimas y el por qué de la ausencia de familiares y amigos. Quizá un enojo -pensaba- ¿Qué había pasado que ella no recordaba? ¿Por qué el mundo era completamente gris ahora?
Y así comenzó a escribir su historia. Cambiaba lentes para ver con ellos en distintas tonalidades. Su alma se desequilibraba cada día un poco más. Se movía por pasadizos de olvido y espejos de recuerdo. Estaba desarmada frente a ella misma y el fantasma de su hija.
Y la ropa rosada que jamás desempacó no sirvió para vestir el mundo. Todo ennegreció más aún. Nadie sonreía. Las personas eran demonios. El amor cada vez se transformaba más en rencor, contra Dios, contra su familia, contra sus amigos, ella estaba sola y comenzó a amarse, a sí misma, para terminar de una buena vez con el sentimiento que quemaba cada una de sus entrañas.
Así fue cuando al quinto día del deceso se enteró que su hija había muerto de cáncer. Sí, esa maldita "enfermedad" que mata a millones de personas en distintas latitudes. Esta vez le había arrebatado su único tesoro. ¿Pero por qué? Se preguntaba. Y no encontraba respuesta. ¿Tan perverso era su Dios? ¿Por qué se llevaba a una niña de piel fresca y ojos tiernos?
Pulmonar, pulmonar. Retumbó fuerte en su cabeza. Cáncer pulmonar. Aclaró un panorama que de claro sólo tenía lo opuesto.
Del amor propio pasó a la más grande de las aversiones, aquella que atraviesa la auto-estima.
¿¡Cómo fui tan estúpida!?
¿¡Cómo no me di cuenta antes de todo esto!?
¿Cómo no fui más precavida? Ésto pude haberlo evitado.
Por eso vivió el resto de su vida con un inmenso dolor. La verdad atormentó cada segundo del reloj en su muñeca y los ojos en sequía, el corazón indefenso, las manos temblorosas y principalmente el tiempo dictador, tirano, villano había terminado por marchitar su existencia. Le cortó las alas. ¡Qué amarga se puso su vida! (más amarga aún)
No podía vivir con esa culpa. Finalmente murió.
Sabemos que durante tres años después de la pérdida fumó dos cajetillas diarias de los cigarrillos más fuertes que conocía, no por vicio, no por angustia. Fue la manera que encontró de suicidarse y a la vez morir de la misma forma en que ella mató a su hija.

sábado, noviembre 28, 2009

Avestruces y pájaros ágiles

ESCENA 1:
Un grupo de amigos "intelectuales" se reune entorno a un pozo de mentiras cubierto de moho de falsedades, donde hay un lápiz de preciado oro con el cual escriben la palabra que los definiría mejor, mientras conversan temas que para ellos son comunes.
Todos adoptan la postura que los identifica como si se tratara de un juego de rol. Cada uno defiende sus conclusiones y criterios en una tertulia de creciente fraternidad.
Objeción su señoría: ¡El presentador elitista-despótico quiere hacer una acotación!
Lápiz: ¡Concedido, proceda!

PE-D***: En otra parte de la ciudad otros sujetos inferiores repiten de pobre manera la misma actividad.

Irónico*: Estable, ¡vieras! Sí... estoy estable, dentro de mi gravedad. ¡Claro! (un acierto semántico) Estable -mi cuerpo no se eleva, mis pies están atados al maldito suelo- Estable dentro de mi gravedad.

Sensato*: (con entonación refinada) Dentro de la gravedad de todo el mundo, quieres decir.

Soñador: (ensimismado) El mundo no está grave, ¡en el mundo hay mucha gravedad!, por eso no se vuela.

Irracional*: (razonando) ¡Pero si alas tuviéramos!

Real*: (al borde de la locura) Pero tenemos brazos y dedos para abrazar los vientos y labrarlos como tierra.

Sensato*: (aún más relamido) ¡No hay voluntad! La falta de voluntad de VOLAR puede ser, efectivamente, la gravedad.

Soñador: (un tanto decepcionado) ¡Seguro si digo quiero volar, vuelo!

Real*: (a punto de caer al abismo de la demencia) ¿Y si piensas "no quiero volar"?, ¿Volarás? ¡Cambia el pensamiento!

Soñador: (con lágrimas en los ojos y el corazón desesperado) Pero mira, estoy diciendo "quiero volar" en mi mente, pero no puedo.

Esnobista*: (con ojos soberbios y mirada sabihonda) Ese "quiero volar" no es parte de una idea, es una acción, IMPLICA un verbo.

El Hermano: (sonriendo) ¡Volemos juntos!

Pensaron: "la risa abunda en la boca de los tontos"*

ESCENA 2:
Justo en el momento en que el diálogo se cruza con la boca realista para responder a esos pensamientos irracionales provocando el enfado de la sensatez, un tal Sensato real ofrece a su grupo lo mismo que El hermano.

Sensato: ¿UN PORRO?...

Tú y Yo: (Tú lo recibe y Yo estrecha su mano)

Después Pensé: ¿La solté? No sé.

Volamos.

viernes, noviembre 27, 2009

¿Dónde estás que no te veo? ¡Ah, nunca te vi!

Secando lágrimas y esforzando el corazón para compensar insignificantes latidos, terminé de leer historietas en las cuales fui antagonista y protagonista, y que fueron escritas con palabras que precisamente no salieron de mi boca, mucho menos de mi imaginación, si no que de oscuros e intrincados pasadizos de las retorcidas mentes de ene-amigos que dañaron mi ser para siempre y que interrumpieron etapas con interferencias imprudentes. Vi dibujos; bocetos trazados, por algún cruel d-Dios al cual agradecí incluso las lágrimas de sufrimiento y sacrificio pensando que de sus riegos nacerían -buenos frutos- (comprobando con el tiempo que manzanas podridas no eliminé con bautizo alguno).
Recuerdo esa forma de interactuar con lo más grande que mi mente ha creado (eso-ese que es una herida que no termina de cerrar, que sigue afectando la susceptibilidad del instinto de fe que hay en mí). Recuerdo la amistad -recíproca- que juré que había entre mí y aquel que estuvo para entretenerse y luego se marchó (ahora y después de mucho entiendo que el amor era mutuo... tan mutuo como cuando el diablo lo ama a él)
Y entonces de a poco me fui quedando solo. Olvidé a amigos que algún día tuve y que ya no están porque los abandoné entusiasmado con aquella relación que -prometía- (pero no cumplía). Hasta que un día inconsciente escribí en mi piel y para siempre, atravesando las reglas de la biología: "desolación".
Hoy, entre extorsiones y amenazas, volví a analizar lo que en un pasado hice. Hoy re-descubrí versos que habían sido olvidados, pero que han estado grabados todo este tiempo sin remedio.

"(...) Tus manos tan delgadas, sólo sirven para secar tu llanto,
tus ojos quieren decir algo, pero tus lágrimas no lo permiten.
Ya ni siquiera tu voz puede ser escuchada.
Creo que has hablado tanto sin que nadie te escuche que ya has perdido la esperanza y decidiste no hacerlo más.
Todos te ofrecen su ayuda, pero nadie te socorre.
Todos dicen palabras aladas, pero nadie te da alas para salir adelante.
Tanta miseria en una persona. Tanta desgracia en un solo ser."

Corrían tiempos difíciles y me apoyé en un falso pilar. Mi construcción se desmoronaba pero venía la mente constructora y edificaba nuevamente el adefesio.
Hoy los almacenes de mis recuerdos fueron saqueados voluntariamente para revitalizar mi vida. Hoy con una antorcha de luz iluminé oscuros escondrijos de los que ángeles ingratos se habían apoderado. Ya no hay falso pilar, ni un adefesio construído sobre él. Ahora mi pilar es lo más real que tengo: mi existencia. Ahora lo único que de eso queda son las malas sensaciones y esta carta reclamatoria. Y espero que todo suceda tal como algún día dije: "lo que el día no acabe, la noche lo termine".

lunes, noviembre 23, 2009

Guerra

Me acuerdo de ti sólo para olvidarte.
Pienso en ti sólo para bloquear esos pensamientos.
Miro tu figura deificada para aborrecer tu imagen.
¡Trato y trato pero no puedo!
Vives dentro de mí, como yo,
prisionero de tu imagen perfecta.

Estoy en guerra con mi mayor enemigo.
Sueño con la llegada de mi ejército,
y con el disparo de mi mejor arma.
Frente a un espejo lanzaría la bala
a fuerza de cañón para destruir la imagen.
Y de vidrios trozados haría navajas
para cortar víceras y venas del antagonista.

Quiero una luz,
para apagarla.
Quiero sed de venganza,
simplemente para morir de algo.
Quiero, con el enemigo, hacer el amor
y no la guerra, para vencer mi orgullo,
para darle la victoria al contrincante.

lunes, noviembre 16, 2009

Amor sucio


Y cada milímetro de amor es una gota de desangramiento.
¡Acaricias a la persona equivocada!
Toca mi alma como yo soñé tocar la tuya.
Háblame al oído, murmúllame silenciosamente,
hagamos de lo pseudo algo concreto,
hagamos el amor onomatopéyicamente,
sin necesidad de tocarse, sólo fingiendo.

¿Qué corazoncitos hiciste con la tinta?
Esos son corazones falsos.
Yo bombeando sangre por las venas te mostraría la fuerza
del verdadero.
Dejaré de oír tus pasos,
y comenzaré a oír tus besos;
besos robados de alguien que no te merece.
Ese amor es negro,
y en el mío no hay grises,
sólo blancos radiantes que como dientes morderían
encantados tu cuello, tus labios,
o que como esclerótica se esforzarían
por mirarte desde la distancia impuesta.
nnnnn
(((NUBE)))
uuuuu
T
e
A
M
o
_TIERRA_

domingo, noviembre 15, 2009

Hoy así se siente

No tengo voluntad de leer. Por Hoy... sólo por Hoy.
Hoy no quiere escribir, y quiere que sea Mañana, yo Ayer, pero me dice que mejor nunca. Hoy quiere disfrutar pero muchos sueñan su desaparición, eso lo deprime, eso le molesta, por eso llora amargamente y corre en círculos.
Yo lo entiendo.
Cada persona lo ve distinto, sin importar lo que él quiere mostrar. Y todos los días cuando despierta no recuerda nada. No está viejo, está recién nacido. Y no por eso es un ente inofensivo. Más bien muchos le temen, pero porque no entienden sus travesuras.
¡Desubicado! le dicen a menudo, sí, claro, hay que reconocerlo, se desubica temporal y espacialmente cuando sueña ser lo que no es.
Muchos se creen víctimas de él, pero es él quien está encerrado en el cuerpo que tanto atormenta a esos otros. Por eso, entendámoslo un poco.
Hoy está sólo en el mundo, Hoy no tiene a nadie. Hoy quisiera tener a alguien que lo abrace.
Hoy no tiene hermanos, ni tíos, ni primos. Hoy es huérfano y muchos le llaman bastardo.
Nadie sabe de dónde vino. Algunos piensan que siempre ha estado. Yo pienso que no existe, lamentablemente, porque Hoy es -uno nuevo- sin intentarlo ser. Y día a día se mejora o día a día empeora.
Su vida es, literalmente, cotidiana.
Y durante largos años lo hemos llevado de la mano, disfrutándolo o maldiciéndolo. Nos vio reír y llorar, pero de eso poco (más bien nada) se acuerda; eso es parte de nuestros propios "recuerdos", que no son más que la nostálgica caja de las situaciones inexistentes y perdurables.
Río, cuando veo que en esta Tierra todo es infértil. Lloro, cuando siento que algunos tratan de ser seres perpetuos. ¿A caso, tu finitud te avergüenza ante otra especie? ¿Hay alguna infinita en este universo infinito?
Río, también y a carcajadas, cuando veo que muchos trataron de matar a nuestro amigo Hoy.
¡Insensatos!
Hoy estará con nosotros como un demonio en nuestras espaldas, como un íncubo en nuestras camas. Ni con relojes paganos, ni con elíxires celestiales, ni con pociones merlinas podrán detenerlo.
Sólo olvídense de que existe Hoy. Dejen de alimentarlo. Y así como a él lo inventaron, inventen a otro que no los restrinja, inventen a otro que en vez de matar, dé vida.

martes, noviembre 10, 2009

Memorias de un Homúnculo

Repté como pude por la tierra mojada transformando la tersa piel de un cuerpo robado en duras escamas de reptil. Recuerdo que tragué unos cuantos litros de agua que escurría por el sendero. Cristalina y vital, majestuosa y voraz, me arrastraba al inicio del todo, el océano. Siempre el agua va donde hay más agua. Mi misión, sin embargo, era encontrar el sol más cercano de esta macro galaxia, para así quitarme de una buena vez este disfraz de adefesio, tan escasamente correspondiente a mi naturaleza.
Y me apuré, me apuré para llegar pronto a mi destino. No podía darme el lujo de malgastar los pocos segundos que podía permanecer en este pequeñísimo e insignificante cuerpecillo. Esta era una competencia de enormes magnitudes. Y mi mente obnubilada por un pensamiento anterior a mi existencia no podía pensar en otra cosa que no fuera ganar. La trascendencia como eco resonaba en las cavernas de mi estructura. Y por los lados codazos, carentes de codos, se me enterraban justo en la cabeza.
Quizá me confundieron pero ciertos sujetos trataron de hacer sinapsis, propagar un virus, una bacteria de escala estratosférica o quizá una célula del cuarto signo zodiacal que podría provocar una extraordinaria metástasis del microcosmos y dañar profundamente mi misión en la galaxia Afrodita.
En esta stasis de individuos, hecatombe de personajes, lo que menos quería era un contacto tóxico. Envenenar mi historia era envenenar el alma para siempre. Bajo la piel de pH ajeno, llevaba escrito el camino a seguir en esta misión. Un libro con hojas blancas, al comienzo, y hojas negras hacia la segunda mitad y término. No tuve tiempo de leer, pero se titulaba "Genoma: historia y muerte". Como dije, sólo me apresuré.
Corrí como nunca y me alegré de eso. Adelanté a muchísimos que sucumbieron a las tentaciones de la fatiga.
Esperaba, con el alba, encontrarme junto a aquella esfera, tomado de la mano del dios Apolo, esperando el amanecer más bello, y obviamente mi acceso a la cámara de humanización asistida, para la colonización de esta nueva galaxia.
A tan sólo un par de metros, un ejército de fagocitos venusianos marchaban armados por vías tisulares protegiendo el régimen haploide. En sus manos las más poderosas armas bio-químicas que jamás vi, esperando disparar ácidos a quemarropa contra nuestra raza por considerarnos seres antígenos. Por suerte, pude refugiarme tras un escudo de moribundas entidades compatriotas. En realidad, poco me importó estar entre cadáveres y damnificados. Yo tenía en mente ganar la misión.
Al cabo de unos segundos me zafé de la gran redada que efectuaron los insensibles venusianos. Ya divisaba aquel majestuoso sol, que se almacenaba traspasando el Túnel de la Vita, que para mí simbolizaba la muerte. De tan solo estrechar mi cuerpo junto a las angostas paredes, moriría electrocutado por fuerzas descomunales.
A milímetros de mi propósito ungí el cuerpo que transportaba a mi persona real con hialuronidasa, el más caro de los aceites, que me permitiría atravesar las radiaciones de la corona solar.
Según el sueño permanente que había tenido en la Nodriza, y en el país de Sertoli, antes de comenzar mi rumbo, este sería el día más feliz de mi vida. Atravesaría regocijado en un placer único el murallón fortificado del Sol de Afrodita.
Ahora era un hombrecillo apolíneo. Mi sueño se cumplió.
Pero después de mi victoria viene mi derrota. Selección natural, fue el camino a mi triunfo, pero será mi perdición en el mundo venidero. De ser el más fuerte gladiador, seré el más débil de los gigantes. Pero ese es mi siguiente nivel. Deberé enfrentarme nuevamente a un proceso parecido en los próximos años, lustros, décadas, quizá siglos. Mas, sé que la victoria está en mis manos, porque en la desoxirribonucleidad de mi alma está escrito.

domingo, noviembre 01, 2009

En el aula no se habla, se haula; nadie aprende

Angustia ¡ay! los ruidos me estremecen.
Un verde que canta como manicomio,
unas plantas que crecen junto a los hongos.
Gente; la gente duerme, la gente mira,
mal, la gente habla,
como cofradías en grupos.
Otros atentos a los quehaceres,
sonido de gloria.
Otros nerviosos golpean lo que tienen,
cariñitos en el pelo.
Una tos, y uno lo llama y se da vuelta,
un enredo y un bostezo.
Se leen atentamente, comparan su gramática,
y uno muerto de fatiga descansa recostado mientras.
El sujeto de guantes se huele la axila
y bosteza con la boca abierta,
¡asqueroso!
El gordito se empeña en taparme,
no los veo a todos.
El fornido está como piedra,
le pegaría con los codos,
pero quizá me los revienta.
Ruiditos de sillas,
ruiditos de mesas,
la tosecita de la señorita me causa extrañeza.
Y la banda sonora es en palabras,
un idioma que no entiendo,
que se reproduce y se reproduce saliendo
por los parlantes,
atentando contra los durmientes
y los provechosos hablantes.
Todos se aburren,
todos quisieran dormir,
pero otros fingen, otros pretenden,
mientras yo prefiero escribir.

Relaciones disparejas dejan moralejas

¡Tú por mí, yo por mí!
¿no? Disculpa, debe ser un problema.
Pero ahora el conflicto es otro,
ahora el silencio es lo que aterra.
Mis oídos extrañan la fonética de tu voz,
y mi cuerpo entero llora esta vida perra;
con sudor, con trabajo para verte regresar.
En los ojos y a cada rato se entierran
los dedos insensibles,
los pulverizan, los vuelven inservibles.

Tú por ti, nadie por nosotros
eso vale y deja claro que yo sobro.
¡No hay problema!, enséñame vida a caminar sin sombra,
enséñame a correr sin apoyarme en el destino.
Y los ojos dañados, el cuello y frente sudados,
sirvieron para madurar.
Ya no hay sentimiento amargo que me haga llorar.
Juntos, buscaremos caminos separados,
"nosotros" será lenguaje olvidado.
¿Llegaré solo a descubrir lo que tanto he anhelado?

Y si de forjar relaciones se trata,
las forjaré con desconocidos.
¡Apostaría mi cráneo
a que no es algo nocivo!
No hay cosa más exquisita que un extraño
y todo lo que puede entregar.
Es conocer, como no se puede conocer a un conocido,
porque con él nada es sabido.
Es jugar al borde de lo permitido,
es abusar de la confianza,
es entregar todo en bandeja,
es ver que entre tú y otros hay semejanzas.